Mateo 7, 15-20
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El cristiano no puede vivir de apariencias: si es árbol bueno y sano, dará buenos frutos; si es árbol malo, dará frutos malos. Y el árbol que no da buenos frutos, se corta y se quema. Por sus frutos, pues, se debe reconocer al que es verdadero testigo y seguidor de Cristo: el que ama y sirve a los demás, sin esperar nada a cambio, el que no hace caso de las ofensas y, si es el caso, devuelve bien por mal, el que piensa primero en el otro antes que en su propia comodidad, el que no se apena ni se ofende porque le llamen cristiano, el que no se preocupa por tener más cosas de las necesarias y comparte siempre que puede, con los que no tienen, el que se muestra siempre alegre y dispuesto a compartir también esa alegría con los que, por cualquier razón, se encuentran tristes. Pidamos a nuestro Padre que nos ayude a ser "buenos y frondosos árboles" que den sombra y cobijo a los que, cansados, lleguen a buscarlo.
Propósito: Hoy pediré al Señor que me ayude a ser un "buen árbol".
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Junio 25 de 2014
J. RUIZ
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