AUNQUE NO SEA RENTABLE
José Antonio Pagola
Dichoso tú
porque no pueden pagarte
La tierra pertenece a
todos sus habitantes, pero no todos pueden disfrutar de ella. No es la
«Humanidad» quien tiene los bienes de la creación en sus manos, sino unos pocos
que los acaparan para su exclusivo interés. No es necesario aportar muchas
cifras. Basta un dato estremecedor. Cada día mueren de hambre en el mundo unas
30.000 personas. Mientras nosotros disfrutamos de las vacaciones, han muerto en
agosto cerca de un millón.
Nunca hemos tenido tantos
recursos, nunca hemos tenido tantos cauces de comunicación, pero nunca hemos
tenido tantos pobres y tanta hambre en el mundo. Somos la primera generación en
la historia de la Humanidad que tiene capacidad y medios para acabar con el
hambre, pero a la que falta la voluntad para hacerlo. Podemos, pero no
queremos.
Hasta la década de
los ochenta, el hambre era atribuido a catástrofes climáticas, crecimiento
demográfico o retraso en las técnicas agrícolas. Hoy no es así. La causa del
hambre es la injusticia e insolidaridad que existe entre los hombres. No hay
falta de alimentos. El hambre se debe a que hay pueblos y colectivos que no
tienen acceso a ellos porque nadie les ayuda a producirlos o adquirirlos.
Los países ricos no
encuentran rentable invertir en los países pobres del Sur. Las grandes
multinacionales buscan su propio interés. Después de tantas declaraciones y
programas, la verdad cruda es ésta: la transferencia neta de recursos es de
unos 500.000 millones de dólares al año, pero del Sur al Norte. (No se trata de
una errata: los recursos se desplazan del hemisferio empobrecido al hemisferio
rico).
Mientras tanto, van
desapareciendo de nuestro lenguaje conceptos como «bien común» o «función
social de los bienes». Incluso, el concepto de «necesidad» es sustituido por el
de «demanda». Al Mercado no le interesan las necesidades de los pobres, sino
las demandas de quienes tienen «poder adquisitivo»
El Evangelio es una
llamada a cambiar de rumbo. Hay que «invitar a nuestro banquete al pobre que no
nos podrá pagar». Hay que buscar el bien de quien sufre aunque no sea rentable
para nuestro bienestar egoísta. Esto es lo que salva y libera al ser humano.
Bajado por: J. RUIZ
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