Juan 3, 13-17
En esta conversación se narra el acto de amor supremo de Dios para con el hombre: la Crucifixión.- La Cruz es el símbolo de nosotros los cristianos. Pero sólo puede usarse con amor porque si no, no se entendería. Y, además, no seríamos capaces de amar, como Jesús lo ordena, a Dios y a los demás. Así que, mientras más sincera sea nuestra vida de amor, más fácilmente podremos cargar con nuestras propias cruces, porque el amor todo lo hace fácil y soportable y alegre. Vamos, pues, a tratar de que todos nuestros actos estén impregnados de ese sentimiento que implica compasión, perdón y misericordia para con toda la creación y que se llama: Amor. Nuestra vida y la de quienes nos rodean será mucho más productiva, alegre y plena.
Propósito: Hoy mi petición será: Señor, dáme amor para llevar mi cruz y para soportar la de los demás.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Mayo 3 de 2019
J. RUIZ
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