La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean”.
Juan 14, 23-29
El amor lleva a la paz. Y sólo el amor a Dios y a los demás, lleva a la paz del espíritu.- Pero esa paz no significa quietud y despreocupación. No. Esa paz es la capacidad de mirar a los otros y sentir que ellos y nosotros somos fraternidad; que nuestra vida debe ser solidaria con todos los que nos rodean y con lo que nos rodea. Esto es, esa paz es la que nos hace capaces de servir a los hermanos sin distinción ni exclusivismo alguno. Es la paz que "no podemos perder" porque Jesús dijo que "Me voy, pero volveré a su lado" y el Espíritu Paráclito que el Padre nos enviará nos enseñará y nos recordará todas las cosas necesarias para que esta paz sea completa y perdure eternamente.
Propósito: Hoy meditaré un poco en lo mucho que se habla de paz en mí país y en lo poco que parece estarse logrando.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Mayo 26 de 2019
J. RUIZ
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