Lucas 19, 45-48
Ya nosotros no vamos al templo a ofrecer sacrificios, sino a recibir la carne del cordero eternamente inmolado por nosotros.- Y a unir nuestra vida a la suya que sacrificó por nuestra salvación. Por eso los vendedores, que Jesús expulsó del templo en su época, ya no son necesarios. Ahora es Casa de Oración, de encuentro con el Dios que por nosotros se hizo hombre, sin dejar de ser Dios. Y que, por lo mismo, es un lugar que se merece el mayor de los respetos, porque, aún sin los tratos de compra-venta, hay quien es capaz de seguirla convirtiendo en cueva de ladrones, o talvez en algo peor, cuando desde allí no se muestra la indignación que produce la injusticia contra los débiles, contra los excluídos o contra los débiles de todos los lugares y de todos los tiempos. Y si, desde allí, no se enseña a amar a Dios y a los demás, y que ese amor se basa en el perdón y la misericordia.
Propósito: Hoy procuraré ser consciente del respeto y del buen comportamiento que debo guardar en el templo.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Viernes. Noviembre 23 de 2018
J. RUIZ
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