La higuera estéril. "...En aquel tiempo llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.Les dijo esta parábola: Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra? Pero él le respondió: Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas." Lucas 13, 1-9 Hemos de mirar que no nos pase como a la higuera de la parábola que, a pesar de su hermosa apariencia y del abono y de los cuidados que se le daban, no producía frutos. Y si, por desgracia, nos ocurre, no debemos olvidar que el dueño de la higuera, Dios, es Dios de amor, y que el amor se expresa en compasión, perdón y misericordia. No perdamos la oportunidad y aprovechemos los cuidados que por "otro año" más nos serán concedidos para que ajustemos nuestra vida a los parámetros evangélicos y podamos rendir los frutos esperados por el Dueño de la higuera. Propósito: Hoy revisaré si, de alguna manera, doy algún fruto o si me falta "abono". ¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO ! Sábado. Octubre 25 de 2014 J. RUIZ
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