Cristo resucita a una niña |
Mateo 9, 18-26
Los dos testimonios de fe de que nos habla el Evangelio de hoy son impresionantes. Especialmente el de la resurrección de la hija del funcionario. ¿Cómo este señor, viendo que para ella ya todo ha terminado, es capaz de decir a Jesús: "Ven tú a imponerle las manos y vivirá"? Definitivamente la fe, una fe de tan absoluto convencimiento en el poder y en la bondad de Dios, sólo puede ser un don, un regalo suyo, porque de otra manera no se podría adquirir. Igualmente la de la mujer con la enfermedad de toda la vida e incurable para los conocimientos médicos de la época, convencida de que con solo tocar el borde del vestido del Maestro éste podría sanarla. Son dos ejemplos de fe inigualables y que "obligan" a Jesús a hacer lo que le piden. Convenzámonos de que el Señor "puede", de que para Él no hay imposibles y, convencidos de esto, roguémosle que nos sane, a nosotros y a los demás, de todas las enfermedades que nos aquejan: el egoísmo, la injusticia, el menosprecio por el otro, el gusto exagerado por la comodidad y el facilismo.
Propósito: Hoy intensificaré mi oración para que el Buen Dios aumente mi fe en Él, en su poder y en su bondad.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Lunes. Julio 8 de 2013
J. RUIZ
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