Lucas 6, 17.20-26
El que confía en el hombre es como un desierto: estéril, vacío y lugar de muerte.- Así dice la primera lectura de hoy. Pero el que cree y confía en Dios, es como un árbol plantado a la orilla de una fuente: Siempre sus raíces tendrán la humedad que necesitan para que sus hojas estén verdes, sus ramas crezcan, florezcan y den frutos abundantes. Si Él nos dice que serán bienaventurados los que padezcan, sufran, lloren, sean exiliados, torturados o proscritos por culpa de su nombre, creámosle. Porque ya sabemos que Él no se deja ganar en generosidad y de todo está pendiente para retribuirnos hasta al ciento por uno. Así que cuando la vida nos apriete un poco, no nos desesperemos y esperemos el cumplimiento de su promesa.
Propósito: Hoy aprovecharé cualquier oportunidad que se me presente de padecer algo en nombre de Dios o de los demás.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Febrero 17 de 2019
J. RUIZ
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