Lucas 11, 29-32
Colocarnos de frente a Dios y ponernos a pedirle que nos dé "señales" que a nosotros nos parezcan espectaculares es desafiarlo temerariamente. Y todo por causa de nuestra soberbia que nos hace creer que somos más que Él o, por lo menos, iguales a Él, y queremos comprenderlo y juzgarlo de acuerdo con nuestros tiempos y con nuestros limitados parámetros humanos. Este tiempo es especial para dejar ese orgullo, para convertirnos de verdad a un modo de vida que tenga siempre por centro a Jesús y el Proyecto salvador del Padre. Y siempre apuntalados en el amor incondicional a Él, en la oración confiada y constante y en la disposición permanente a servir a los demás, como el Maestro nos lo enseñó, haciéndonos así, profetas de nuestro tiempo.
Propósito: Hoy procuraré convencerme de lo que tanta brega me da: de que, sin la fe, no valgo nada.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Miércoles. Febrero 2016
J. RUIZ
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