![Jesús, ¿Radical o intolerante?](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_vYsFDYJwUsKOQwHwOYLiH4XicK7nLL2u_2cnc1pXePrP_yqdVLJcvfc2ZoNfTWy7KodVyf6ewuMimPqYIN9BoyDwFws1vKYFt7V8HdE0YlemQxrwAxFkrJKIuhaq2SNg_8VmIAfnF6mcc52UgabmHMGMYe=s0-d) |
Jesús, ¿Radical o intolerante? |
"...Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?. Pero volviéndose, les reprendió y dijo:No sabéis de qué espíritu sois. Porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder a los hombres, sino a salvarlos. Y se fueron a otro pueblo. Mientras iban caminando, uno le dijo: Te seguiré adondequiera que vayas. Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza. A otro dijo: Sígueme. Él respondió: Déjame ir primero a enterrar a mi padre. Le respondió: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios. También otro le dijo: Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa. Le dijo Jesús: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios".
Lucas 9, 51-62
El Reino de Dios ha llegado y es urgente la respuesta de nuestra parte, si de veras queremos pertenecer a él, metiéndonos de lleno en esa revolución del amor a los que nos ofenden, del servicio a nuestros enemigos, sin esperar recompensa alguna de su parte. Ésa, que es la verdadera de revolución, no la que pone bombas o se impone por las armas (Santiago y Juán querían imponerla con fuego abrasador), es la que Jesús nos está llamando a acoger, a vivir, a proclamar y a extender por toda la tierra. Por eso su llamada es urgente y puede parecer radical o intolerante. Pero lo que Él quiere, y nos lo expresa en el lenguaje de su tiempo y de su tierra, no es que descuidemos los deberes familiares (su cumplimiento es un mandamiento), sino que no nos apeguemos de tal manera a nuestros seres queridos ni a nuestro entorno de siempre, que no seamos capaces de colocar por encima de ellos la revolución del Evangelio a la que Él nos ha convocado.
Propósito: Hoy procuraré no olvidar que primero está el amor y el servicio a Dios y a los demás.
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Domingo. Junio 30 de 2013
J. RUIZ
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