El ciego de nacimiento |
Marcos 10, 46-52
Hoy todos los cristianos somos como Bartimeo, el ciego hijo de Timeo: estamos ciegos y no podemos ver las maravillas del Reino de Dios que ya está entre nosotros. Entonces, también como él, al sentir a Jesús que pasa, gritemos como unos desesperados, aunque otros traten de acallarnos, hasta lograr que Él nos atienda y nos pregunte qué queremos que nos haga. Porque Él tiene poder, es compasivo y misericordioso y no puede dejar de escucharnos. Pidámosle que aumente nuestra fe para que podamos "ver", apreciar, acoger y vivir su presencia liberadora, siempre a su servicio y al de los demás.
Propósito: Hoy, "gritaré" desde el fondo de mi corazón: "Rabbuní, ¡que vea!"
¡ FELIZ DÍA, JESÚS VIVE Y YO LO CREO Y LO PROCLAMO !
Jueves. Mayo 30 de 2013
J. RUIZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario